Una nueva criatura ha nacido. Ella observa y recorre la ciudad en silencio, siendo testigo del ritmo desenfrenado, de la polución y del caos.

¿De dónde viene esta criatura y qué motiva su andadura?

A lo largo de las últimas décadas, Barcelona ha crecido acelerada, impermeable y condicionada por el crecimiento económico, la especulación inmobiliaria y la movilidad.

Ahora, el modelo de ciudad ha cambiado. Los espacios verdes comienzan a plantearse de vital importancia por ser capaces de sanar y limpiar nuestras ciudades. Además, de sus múltiples beneficios para las personas y su comunidad.

Una nueva criatura ha nacido. Ella observa y recorre la ciudad en silencio, siendo testigo del ritmo desenfrenado, de la polución y del caos.

¿De dónde viene esta criatura y qué motiva su andadura?

A lo largo de las últimas décadas, Barcelona ha crecido acelerada, impermeable y condicionada por el crecimiento económico, la especulación inmobiliaria y la movilidad.

Ahora, el modelo de ciudad ha cambiado. Los espacios verdes comienzan a plantearse de vital importancia por ser capaces de sanar y limpiar nuestras ciudades. Además, de sus múltiples beneficios para las personas y su comunidad.

Una nueva criatura ha nacido. Ella observa y recorre la ciudad en silencio, siendo testigo del ritmo desenfrenado, de la polución y del caos.

¿De dónde viene esta criatura y qué motiva su andadura?

A lo largo de las últimas décadas, Barcelona ha crecido acelerada, impermeable y condicionada por el crecimiento económico, la especulación inmobiliaria y la movilidad.

Ahora, el modelo de ciudad ha cambiado. Los espacios verdes comienzan a plantearse de vital importancia por ser capaces de sanar y limpiar nuestras ciudades. Además, de sus múltiples beneficios para las personas y su comunidad.

A través de este crecimiento descontrolado y gracias al colapso inmobiliario, aparecieron innumerables espacios residuales o baldíos a lo largo del tejido urbano.

Aquellos espacios abiertos o sin vallar, fueron ocupados en mayor medida por el coche, dando lugar a aparcamientos. En otros casos, al estar aislados o vallados, la naturaleza se hizo con ellos, desarrollándose libremente.

Esta criatura forma parte de la ciudad y reproduce el paisaje y la cultura autóctonas de Barcelona. El "Drac", como símbolo de las fuerzas de la naturaleza en contraposición al orden establecido.

A través de este crecimiento descontrolado y gracias al colapso inmobiliario, aparecieron innumerables espacios residuales o baldíos a lo largo del tejido urbano.

Aquellos espacios abiertos o sin vallar, fueron ocupados en mayor medida por el coche, dando lugar a aparcamientos. En otros casos, al estar aislados o vallados, la naturaleza se hizo con ellos, desarrollándose libremente.

Esta criatura forma parte de la ciudad y reproduce el paisaje y la cultura autóctonas de Barcelona. El "Drac", como símbolo de las fuerzas de la naturaleza en contraposición al orden establecido.

A través de este crecimiento descontrolado y gracias al colapso inmobiliario, aparecieron innumerables espacios residuales o baldíos a lo largo del tejido urbano.

Aquellos espacios abiertos o sin vallar, fueron ocupados en mayor medida por el coche, dando lugar a aparcamientos. En otros casos, al estar aislados o vallados, la naturaleza se hizo con ellos, desarrollándose libremente.

Esta criatura forma parte de la ciudad y reproduce el paisaje y la cultura autóctonas de Barcelona. El "Drac", como símbolo de las fuerzas de la naturaleza en contraposición al orden establecido.

Detrás de esta valla metálica, se encuentra el hogar del que proviene la criatura. Un refugio donde la vida se encuentra en estado puro y en constante transformación.

Un pequeño y protegido territorio, lleno de riqueza y  desorden. Un baldío inexplorado que si evoluciona hasta convertirse en bosque, tendrá mayor diversidad que cualquier zona verde diseñada en un entorno urbano.

Ante el cambio de paradigma medioambiental en ciudades como Barcelona, ¿comenzaremos a valorar estas áreas indeterminadas, que generalmente se consideran despreciables, como lugares privilegiados?.

Detrás de esta valla metálica, se encuentra el hogar del que proviene la criatura. Un refugio donde la vida se encuentra en estado puro y en constante transformación.

Un pequeño y protegido territorio, lleno de riqueza y  desorden. Un baldío inexplorado que si evoluciona hasta convertirse en bosque, tendrá mayor diversidad que cualquier zona verde diseñada en un entorno urbano.

Ante el cambio de paradigma medioambiental en ciudades como Barcelona, ¿comenzaremos a valorar estas áreas indeterminadas, que generalmente se consideran despreciables, como lugares privilegiados?.

Detrás de esta valla metálica, se encuentra el hogar del que proviene la criatura. Un refugio donde la vida se encuentra en estado puro y en constante transformación.

Un pequeño y protegido territorio, lleno de riqueza y  desorden. Un baldío inexplorado que si evoluciona hasta convertirse en bosque, tendrá mayor diversidad que cualquier zona verde diseñada en un entorno urbano.

Ante el cambio de paradigma medioambiental en ciudades como Barcelona, ¿comenzaremos a valorar estas áreas indeterminadas, que generalmente se consideran despreciables, como lugares privilegiados?.